Para pocas personas es una sorpresa que los gorilas corren peligro de desaparecer del planeta. Las estadísticas cambian y los números se modifican, pero hay algo que no parece variar desde hace unos años: el estado de conservación.
La Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha colocado a la especie Gorilla gorilla (Gorila occidental) en la categoría “En Peligro Crítico de Extinción” (CR), y a la especie Gorilla beringei (Gorila oriental) dentro de la categoría “En Peligro de Extinción” (EN). Ahora bien, el estado de conservación de las subespecies es el siguiente:
-Gorila occidental de llanura o planicie (Gorilla gorilla gorilla): En Peligro Crítico de Extinción.
-Gorila occidental del río Cross (Gorilla gorilla diehli): En Peligro Crítico de Extinción.
-Gorila de montaña (Gorilla beringei beringei): En Peligro Crítico de Extinción.
-Gorila oriental de planicie o llanura (Gorilla beringei graueri): En Peligro de extinción.
Como ves, el estado de las subespecies concuerda con el de la especie a la que pertenece, con excepción del gorila de montaña. La situación de este es más grave que la del gorila oriental de llanura, debido a múltiples factores que han contribuido a que su población sea poco numerosa: unos 680 individuos organizados en dos poblaciones. De forma semejante, el gorila del río Cross experimenta un panorama incierto. Es la subespecie más amenazada de todas, y quizá quedan menos de 200 individuos maduros.
No es solo un simple inconveniente. En general, la población de todos los gorilas tiende a reducirse cada vez más con el pasar del tiempo y el escaso cumplimiento de las leyes en pro de su conservación.
¿Por qué los gorilas están en peligro de extinción?
¿Te has preguntado por qué los gorilas, que carecen de depredadores en su hábitat natural, están en tal situación de emergencia? La respuesta apunta hacia los humanos, que son su principal depredador.
Lo que pone en peligro la supervivencia de los gorilas es un conjunto de amenazas comunes en muchas especies de animales, pero que inciden de forma particular en estos primates. Por ejemplo, quizá la caza furtiva no afecta en demasía a algunas especies de monos, pero en los gorilas es un problema fundamental que preocupa a muchas organizaciones gubernamentales y no gubernamentales.
El 17% de los gorilas vive en áreas protegidas, y el resto permanece en regiones forestales en peligro.
-Pérdida, reducción y degradación de hábitat. Los gorilas dependen de la vegetación para sobrevivir, puesto que se alimentan de especies vegetales y muchas veces elaboran nidos sobre los árboles para descansar. Debido a varias actividades económicas como la agricultura, la minería y la ganadería, los seres humanos talan el terreno de sus hábitats y estos se reducen, pierden calidad e incluso se pierden totalmente. Actualmente, el 17 por ciento de los gorilas vive en áreas protegidas, y el resto permanece en regiones forestales en peligro.
Existe un vínculo estrecho entre la pérdida de hábitat y la caza furtiva. Hasta la década de 1980, era casi imposible acceder a las áreas densamente pobladas de vegetación donde vivían muchos gorilas, pero tras la tala muchas zonas quedaron despejadas, lo que dejó el camino libre a los cazadores para llegar hasta los gorilas.
-Caza furtiva. La caza furtiva es una práctica ilegal que tiene intereses comerciales, es decir, tiene la intención de obtener ganancias monetarias. Los cazadores pueden matar gorilas para vender su carne o diversas partes de su cuerpo, o bien, pueden capturarlos y mantenerlos vivos para venderlos como mascotas “exóticas”, aunque a veces los primates llegan a formar parte de grandes colecciones privadas de animales.
Además, no es raro que en ocasiones los gorilas sean víctimas de trampas dirigidas a otros animales y que mueran o queden gravemente heridos.
-Enfermedades. Dada la semejanza genética entre los seres humanos y los gorilas, estos son proclives de contagiarse de varias enfermedades infecciosas que aquejan a las personas, después de lo cual puede producirse una epidemia entre los miembros de una población o entre poblaciones.
El ébola y la caza comercial amenazan al gorila occidental de llanura.
El virus del ébola y la caza comercial conforman las dos principales amenazas del gorila occidental de llanura. A partir de la década de 1990, se han producido varios brotes que han diezmado las poblaciones a niveles increíbles. En 2003, un tercio de la totalidad de los gorilas salvajes habían muerto debido a la enfermedad.
Otros males que afectan a los gorilas son: el virus de la polio, la hepatitis A, el bacilo de la tuberculosis y los parásitos intestinales.
-Conflictos armados. Países donde viven los gorilas, como la República Democrática del Congo, son perturbados por inestabilidades políticas que traen consigo guerras, guerrillas o en general, disturbios armados. Es verdad que los gorilas no son el objetivo directo, pero los seres humanos se inmiscuyen en los hábitats y los primates pierden zonas en donde pueden deambular de forma segura.
Los gorilas están continuamente expuestos a los peligros que resultan de las actividades humanas, y de las personas depende que ellos retrocedan categorías en la Lista Roja de la UICN.